El Capitán AdHoc

¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, levántate y escucha las campanas, levántate, por ti se ha izado la bandera, por ti vibra el clarín, para ti ramilletes y guirnaldas con cintas, para ti multitudes en las playas... (Walt Whitman)

sábado, 14 de enero de 2017

Reseña del libro de J.G.Maestro sobre Literatura Comparada.


Idea, concepto y método de la Literatura Comparada. MAESTRO, Jesús G. Vigo: Editorial Academia del Hispanismo, 2008.

Estamos frente al noveno volumen de la obra “Crítica de la razón literaria. El materialismo filosófico como Teoría de la Literatura”, una obra que, de nuevo, nos envuelve en la confusión que dicho término suscita en la llamada posmodernidad. En sus casi trescientas páginas el autor define la materia, explica el método de abordaje y desmonta uno por uno los diferentes presupuestos que han ido constituyendo la disciplina a lo largo de la historia, para desarrollar, siguiendo el materialismo filosófico del filósofo recientemente fallecido Gustavo Bueno, una construcción de la Literatura Comparada como Idea, su perspectiva crítica, y como Concepto, concebida desde una perspectiva científica. La comparación, desacreditada por la posmodernidad donde recurrentemente se habla de isovalencia de culturas, se explica aquí como la relación entre materiales literarios, entre ideas objetivadas formalmente en dichos materiales según la crítica literaria a partir de conceptos categoriales identificados previamente por la Teoría Literaria.

Maestro va a hacer un recorrido de la Literatura Comparada desde el espacio estético, considerado como lugar físico, no metafórico, en el que se manipulan los materiales estéticos, resultado del ejercicio de la crítica al que se somete este material. A su vez este espacio estético dará cuenta de los materiales en sus diferentes ejes: sintáctico, semántico y pragmático.

Entre las premisas básicas de esta obra está la consideración de la Literatura Comparada como una invención europea, nacionalista y necesariamente etic.

Respecto a los orígenes del proyecto comparatista, el profesor Maestro, los ubica en las poéticas de la Ilustración y el Romanticismo del siglo XVIII, donde se rompe con la mimética aristotélica para dar paso a una nueva concepción romántica de la Historia. Aquí sitúa el autor el núcleo y los orígenes del proyecto comparatista, a la vez que el cuerpo ontológico comparatista, sus condiciones históricas apuntan a las influencias dominantes francesas y estadounidenses y su curso historiográfico queda explicado ampliamente en el recorrido que comprende desde Henry Hallam sobre 1837, Arnold en el 48, Goethe, Curtius, etc., hasta desembocar en los trabajos españoles de Guillén y Rico en los noventa del siglo pasado. Finalmente, el autor, somete a una crítica gnoseológica en la línea del Materialismo Filosófico, todas las propuestas de los conceptos que a lo largo de la historia han ido configurando las diferentes literaturas comparadas, des el weltliteratur goethiano, los conceptos de literatura general, utilizado como la forma tradicional y la desafortunada identidad entre Teoría de la Literatura y Literatura Comparada.

Nos encontramos, definitivamente, frente a una obra densa, cargada de términos, de autores, etc., para defender a la Literatura Comparada como modelo por excelencia de la Teoría de la Literatura. Una obra imprescindible para cualquier estudioso de la literatura que pretenda afrontar los materiales literarios con una teoría de gran potencia resultado de la síntesis que Maestro hace del Materialismo Filosófico y su traslado a la Teoría de la Literatura.



miércoles, 28 de diciembre de 2016

Escritores navarros del siglo XXI

La Asociación Navarra de Bibliotecarios y Bibliotecarias, Nafarroako Liburuzainen Elkartea ha editado su último número: un número especial que titula "La narración en Navarra S.XXI. Narrazioa Nafarroan. XXI. Mendea". Un poco largo para los que aman la economía del lenguaje y para los que habitan fuera del territorio vasco, pero, como siempre, lo importante es el contenido.Aquí están las menciones a Hemingway (¿qué sería Pamplona sin Hemingway?) la estancia juvenil de Pío Baroja en Pamplona; Eugenio 'Ors de tertulia en la cafetería del Niza; las andanzas estudiantiles de Félix de Azúa o la admiración de Víctor Hugo por la capital navarra. Y...como objeto principal esta edición especial de la revista, presentar una perspectiva actual de la narrativa navarra. En esta obra, en la que han tenido la enorme consideración de incluirme, he intentado, algunos lo notarán enseguida, un guiño hacia mi postura favorita en Teoría de la Literatura, El Materialismo Filosófico como Teoría de la Literatura de Jesús G. Maestro de cuyas obras habréis podido leer alguna reseña en este blog.
Esta es por tanto  un híbrido de biografía y reseña, según lo solicitado por los editores.







lunes, 19 de diciembre de 2016

Desde La Reserva

El Salón del Cómic de Zaragoza es un lugar como otro cualquiera para poder mirarse, a manera de espejo, y poder mirar en el espejo de los demás. La juventud "friki", siempre encantadora, maneja una teoría del mundo que sorprende a los que hemos pasado las cinco muescas en la culata de la vida y se enfrentan, allí en el otro lado casi invisible, a la grandeza del pasado. Los militares en la reserva parecen menos militares, parecen marineros mirando al horizonte lejano de las míticas islas en las que alguna vez estuvieron; o son abuelos llevando nietos al colegio mientras les acuchillan su repertorio inagotable de "una vez yo fui...".
En el espejo del Salón del Cómic, como un espectador neutral (si eso es posible) observo los dos mundos sin atreverme a situarme en ningún lugar, más por "diablo cojuelo" (Vélez de Guevara) que por "viejo sin mar" (Hemingway), y veo a los diablos (Hellboys de cuernos rojos) frente a los viejos (Oh, my God).
En una silla, con su mirada inocente, frente a una colección de originales a lápiz enfundados en una carpeta de plástico barato, me sonríe Blas Gallego (Barcelona, 1941). No está rodeado por una manada de frikis antiguos, vintages, quiero decir, como yo, está solo (bueno, ahora conmigo). Le doy la mano, la enhorabuena y le hubiera dado la cartera si llevara. Es Blas Gallego. El lápiz salvaje de Conan.

 

Habla de Estados Unidos, de los encargos de allá pero no dice nada de los encargos de aquí. Muestra las portadas de aquellas revistas míticas Totem, Zona 84... (Disculpen la lagrimilla..) Pero eso fue Ayer. No veo nada que indique que es Hoy.  Y está S O L O, en su  taburete gastado, dándome la chapa encantadora, que recibo con gusto porque se lo debo, porque yo también estoy mirando al otro Blas Gallego, al de ayer, con una voz que suena a disimulo, y claro, le pido que se deje hacer una foto en la que salimos los dos, sin reconocernos del todo. Oh,my god.


 


lunes, 12 de diciembre de 2016

Despedida del Capitán

Cuando uno pertenece a un proyecto, sobre todo si se está involucrado en su totalidad, ocurre como cuando respiramos:  no somos conscientes del aire que respiramos. Hace falta un ejercicio de consciencia (la meditación es la referencia) para mirar desde fuera y vernos allí, buceando sobre un agua que no reconocemos del todo o de un aire que respiramos sin consciencia permanente.
En mi caso, los proyectos en los que suelo involucrarme, me separan del valor pragmático que puedan tener. Por ejemplo: he tocado como guitarrista de El Capitán Ad Hoc, sin ser del todo consciente  del valor que aquello pudiera tener. Tampoco somos los Rollings, claro. El feddback que uno recibe muchas veces es pobre, mejor, limitado a un grupo de amigos, de colegas, de gente afín  al propio proyecto o a ideologías cercanas, que, en el caso del rocanrol son tan sencillas como entrañables. La sorpresa llega cuando sales del proyecto y este es el caso.

(Viernes. Zaragoza. Noche de frío y con la niebla inundando  el cerebro (incluso el reptiliano). Concierto Homenaje a John Lennon: Nowhere Beat y Treapudles)

La dueña del local nos advierte rigurosamente de la imposibilidad de permanecer en el camerino, razón por la cual entramos inmediatamente (primera regla transgresora del rocanrol). Antes me ha puesto un sello de tinta tóxica, seguramente, en la mano. Me pregunto qué pasaría si yo le dejara marcados mis morros sobre sus morros, a fín de cuentas...Los amigos de los Nowhere me presentan a los Treapudles y he aquí la sorpresa.
- ¡Hombre, El Capitán Ad Hoc!
Y claro, yo no doy crédito a lo que escucho. Abrazos.Sonrisas de alegría. Me encanta lo que haces, y después...admiraciones varias y amigos compartidos.Genial. Resulta que, como guitarrista en un proyecto en el que no veo el agua en la que buceo, tengo vida más allá de lo inmediato, un palmo más allá de mis narices (y ¿si le pongo a la jefa el sello de tinta tóxica en las narices?). No digo proyección internacional ( Leciñena, de donde son los grandiosos Treapudles, queda bastante cerca) pero al menos proyección regional, local,bueno... al menos en aquel local. Ahora, justo ahora que he dejado el grupo, que ya no pertenezco como guitarrista a El Capitán Ad Hoc y que tendré que buscarme la vida por otros lados.
La lección es la siguiente: cuando Gilmour, o Jagger o Jimmy Page incluso, abandonan sus grupos de referencia empiezan a perder valor, dejan de ser, digamos, objetos de culto, desaparecen del mito colectivo del rocanrol. Conclusión: si yo soy conocido ahora y nunca antes, nadie, hizo referencia alguna a mi impresionante trabajo (bueno así del todo no lo han dicho) solo puede significar que yo nunca he sido parte del mito, ni de las lentejuelas, ni del rocanrol, ni de nada, así que, mi desaparición del grupo, mi despedida definitiva, solo podrá traerme bienaventuranzas, al contrario que a Gilmore o Page, y lo del viernes es solo un anticipo.
Salvando las falacias anticientíficas en las que he incurrido (privilegio de autor -bueno, en espera de que alguien me pida compartirlo-) lo demás sirve para dos cosas, a saber: que los Nowhere y Treadpudles, son de lo mejor en el territorio Beatles y para demostrarme que, estando de espectador, a varios metros del escenario, se puede estar en armonía con el cosmos y encima no tengo que cargar equipos. Ah, y  para anunciar mi despedida del grupo que creé, Er Querido Capitánnnnn.



ayer
(Seguro que ahora me dejan tocar la armónica, ya veremos).


ahora


Antes de ayer


                                                                             

sábado, 3 de diciembre de 2016

Reseña "El concepto de ficción en literatura"

MAESTRO, Jesús G. El concepto de ficción en la literatura. Vigo:Editorial Academia del Hispanismo, 2014.

Obra breve de Jesús G. Maestro, poco más de cien páginas, sobre un tema fundamental para la Teoría de la Literatura: el concepto de ficción. Dentro de la enorme obra didáctica del autor, que, bajo el título genérico de Crítica de la Razón Literaria, aproximando el Materialismo Filosófico a la Teoría de la Literatura, este texto ocupa el séptimo volumen.
El concepto de ficción ha tenido un abordaje epistemológico desde Aristóteles y Maestro se encargará a lo largo del opúsculo de mostrar el enorme equívoco y la confusión que ocasiona esta mirada. De nuevo la distinción sujeto-objeto solo ayuda a la configuración de soluciones sin salida, del mismo modo que una pretensión de verdad exigida a la Literatura, gnoseología, resulta una esterilidad manifiesta, en la medida en que la literatura no tiene acceso a ninguna verdad científica. Solo desde la ontología será posible hacer de la literatura una realidad inteligible.
El autor rechaza aquí el concepto de creación literaria como una forma de idealismo. “La literatura no se crea, se construye” y considera el concepto de ficción como una materialidad parcial, subjetiva y fenomenológica que no hace sino reducir la complejidad de los materiales literarios, para trasladar después la solución al espacio ontológico en el que, por symploké, se relacionan las tres formas de ontología especial, M1 como eje físico, M2 como fenomenológico y M3 como eje lógico, estableciendo su complejidad en la interrelación de dichos espacios.
La ficción no se relaciona de forma dialéctica con la realidad sino en conjugación, una sin la otra resultan imposibles, siento esta ficción la que quedará impuesta, de manera no operativa, con existencia exclusivamente estructural, en la realidad que objetiva toda obra literaria. Recuerda Maestro:” La ficción es aquella parte de la realidad que se disocia operativamente de ella”, por tanto, solo podremos hablar de ficción al descubrir en la obra una parte de realidad que no es operatoria. Cualquier referencia a mundos no reales resulta ininteligible.
La obra concluye con una ampliación sobre la genealogía de la literatura ampliamente desarrollada en otra obra anterior, en la que se muestra cómo la Ilustración del XVIII introduce un racionalismo que provocaría el vuelco inconmensurable al que se vio abocada la literatura, consolidado de manera magistral y sofisticada por el posterior Romanticismo del XIX, estableciendo en esa genealogía los diferentes estadios, Literatura programática, critica, sofisticada y programática en base a la operatoriedad entre términos y relaciones, según sean estos realistas o idealistas.
Resulta así una obra en la línea a la que nos tiene acostumbrados el profesor Maestro, un ejemplo didáctico y claro sobre la finalidad última de cualquier Teoría de la Literatura: mostrar la inteligibilidad de la Literatura, frente a un mundo académico rodeado de sofística inagotable, con un claro beneficio autológico y tantas veces sectario.

Alberto Piedrafita Gómez
Curso superior Teoría de la Literatura.





sábado, 26 de noviembre de 2016

Reseña "El hundimiento de la Teoría de la Literatura" de J.G.MAESTRO

Gnoseología de la literatura: El hundimiento de la Teoría de la Literatura. Jesús G. MAESTRO. Ed. Academia del Hispanismo.Vigo.20 15.


Sexto volumen de la obra de Maestro que, bajo la orientación del Materialismo Filosófico de Gustavo Bueno, el autor dedica a la construcción de una Teoría de la Literatura, en un momento en el que, el título lo indica, dicha teoría está amenazada, de forma muy particular, por una Universidad posmoderna conservadora, proteccionista y endogámica, junto a la relevancia de unos autores que en el último cuarto del siglo XX han tomado las riendas del pensamiento colectivo desde una visión deudora a todas luces del idealismo kantiano. Con una dialéctica imprescindible para el método elaborado por el autor, se plantea una reconstrucción en base a una conceptualización teórica, un análisis lógico material propio de una gnoseología.
Se pretende una estructuración de la Teoría de la Literatura como teoría científica y la Crítica de la Literatura como teoría filosófica, para lo cual todo el libro presenta, de manera contumaz, una argumentación razonada y compleja con la pretensión de devolver dichas teorías a un lugar de renovado esplendor, del que hoy adolece inexcusablemente.
Examinando dialécticamente las diferentes teorías que han ocupado la Historia de la Teoría de la Literatura, las desmenuza y rebate desde las exigencias gnoseológicas de la Teoría del Cierre Categorial que dictara Bueno y al que, Maestro, aporta elementos significativos como su reelaboración del concepto de transductor como pieza fundamental de dicho cierre, destacando las diferentes falacias en las que ocurren otras teorías (descriptivismo, teoreticismo, adecuacionismo) frente al circularismo propuesto por el autor, clasificadas por sus ausencias en los diferentes estados en los que, un mundo interpretado (Mi) puede manifestarse (M1) (M2) (M3). De esta manera la teoría mimética aristotélica se presenta como una escuela donde el plano físico es el único considerado (M1) al igual que ciertos estructuralismos y los formalismos; las teorías posmodernas (neohistoricismos, feminismos, culturalismos, etc.) lo hacen en aspectos exclusivamente fenomenológicos, psicologicistas y subjetivos (M2); y las teorías semiológicas, pragmáticas y otras lo hacen en planos estrictamente conceptuales (M3).
Maestro va desarrollando, tras matizaciones sobre las diferentes formas del conocimiento científico, los diferentes espacios en los que se mueve el espacio gnoseológico, fundamento de la obra: los ejes sintáctico, semántico y pragmático.
En toda la obra subyace un profundo conocimiento de la filosofía de Gustavo Bueno a la que Maestro otorga una claridad y una perfecta adaptación a la Literatura en beneficio del conocimiento de los materiales literarios como Ontología y para ello  la Teoría del Cierre Categorial resulta determinante.
Para el desarrollo de una Crítica de la Teoría de la Literatura, el autor clasifica propuestas anteriores, una crítica academicista, reducida a disciplinas deudoras de políticas e ideologías, y una crítica epistemológica propia del idealismo kantiano , para desarrollar un modelo gnoseológico, logico, material, como fundamento de nuevo de la Crítica del Materialismo Filosófico como Teoría de la Literatura.

El “Hundimiento de la Teoría de la Literatura” es una obra densa por la precisión y extensión del campo abarcado. La extraordinaria didáctica de la que hace gala el autor obliga a una revisión exhaustiva, pormenorizada y dialéctica de las otras teorías a la vez que requiere una explicación de la teoría propia, cargada de conceptos, muchas veces propios, por lo que supone un arduo trabajo de investigación y una obra inexcusable para los estudiantes de Literatura.

Hundimiento de la Teoría de la Literatura. Conferencia del autor.

Alberto Piedrafita Gómez.
Curso Superior Teoría de la Literatura (MOOC Universidad de Vigo)


domingo, 9 de octubre de 2016

Reseña de "Los materiales literarios" de Jesús G. Maestro

Reseña del libro

MAESTRO, Jesús G. Los materiales literarios. La reconstrucción de la Literatura tras la esterilidad de la teoría Literaria Posmoderna. Vigo. Editorial Academia del Hispanismo.2007.248 págs.


Nos encontramos frente al quinto volumen de la obra con la que Jesús Maestro construye una Teoría de la Literatura a partir del materialismo filosófico de Gustavo Bueno. El propio título ya es suficientemente explicativo: el autor construye una Teoría de la Literatura (¿reconstruye?) contra las propuestas posmodernas a las que, en títulos posteriores, acusará de ser causantes del “hundimiento de la Teoría de la Literatura”. Una postura de fuerza, que el autor articula sobre las teorías del Materialismo Filosófico para desmontar, una a una, a aquellas.
Para Maestro la perspectiva será gnoseológica y no epistemológica porque “la epistemología determina a las ciencias por referencia a un supuesto objeto ideal de conocimiento dado apriorísticamente y enfrentado a un sujeto que lo describe (falacia descriptivista) lo formaliza (falacia teoreticista) o lo hace corresponder especulativamente con categorías trascendentales del pensamiento subjetivo (falacia adecuacionista). La perspectiva gnoseológica, en cambio, examinará los materiales literarios (auténtico objetivo de la disciplina) desde criterios lógico-formales y lógico-materiales, separando al sujeto gnoseológico del campo categorial. Al igual que la Antropología no estudia al Hombre sino materiales antropológicos, su campo categorial, del mismo modo la Teoría de la Literatura, estudia el campo categorial de los materiales literarios, a saber: autor, obra, lector y transductor, este último considerado como uno de los logros en la labor investigadora del autor, alejado ya de paradigmas anteriores como Jakobson, etc.
Llegados a este punto, Maestro elaborará contra las teorías posmodernas, cada uno de sus materiales literarios, enfrentando los conceptos posmodernos de autor, texto y lector desde la posición del materialismo filosófico, invirtiendo un esfuerzo imprescindible en la nueva figura del transductor como traductor para otros, como crítico que condiciona indefectiblemente la recepción del mensaje, influyendo sobre el mismo o durante su proceso de comunicación.
En el fondo el autor reinterpreta la Semiología desde su postura, resultando particularmente interesante su reconstrucción de la Teoría de la Literatura frente a los antecedentes creados por un Jauss, Ingarden, Mukarovski, Even-Zohar, Iser, y otros encumbrados autores de la posmodernidad, a los que Maestro acusa de ser “una sucesión de hechos no sometidos a crítica”. Un idealismo que se traduce en conceptos como “lector modelo” o en la propia “muerte del autor”.
Esta obra, en su capítulo particular del “transductor” adquiere importancia capital para la propia teoría ya que se constituye así el cierre categorial de la teoría de Bueno.
En definitiva, Jesús Maestro, apuntala su proyecto para una creación de una Teoría Literaria dotando a esta de su merecida categoría de Ciencia, con un desarrollo pormenorizado en relación dialéctica con otras teorías, mostrando las falacias en las que incurren, estableciendo claramente límites (será una ciencia beta operativo) y estableciendo criterios, campos categoriales para la investigación.


Alberto Piedrafita Gómez